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5 sept 2025

Estudio vincula la legalización de la marihuana en Canadá con una triplicación de casos de esquizofrenia

 


¿La liberalización del cannabis medicinal y la legalización del cannabis no medicinal en Canadá estuvieron asociadas con cambios en la fracción atribuible a la población de trastornos por consumo de cannabis asociados con la esquizofrenia? Un estudio de cohorte de base poblacional que se llevó a cabo en Ontario (Canadá) entre 13.588.681 personas de entre 14 y 65 años sin antecedentes de esquizofrenia, reflejó indicadores preocupantes en torno al consumo de cannabis y el desarrollo posterior o la aparición más temprana de psicosis y esquizofrenia. 

Mecanísticamente, la legalización aumentaría gradualmente el consumo de cannabis, lo que incrementaría la incidencia de psicosis, y las personas con psicosis incidente necesitarían entonces ser diagnosticadas en el sistema de salud. En consecuencia, los estudios que evalúan los cambios en la proporción de casos incidentes de esquizofrenia asociados al consumo de cannabis tras cambios en las políticas pueden proporcionar un indicador más temprano de las posibles asociaciones entre la legalización y la esquizofrenia.

Así, la política de cannabis en Canadá ha cambiado notablemente en las últimas dos décadas. El cannabis medicinal en Canadá ha sido legal desde 2001 para una lista limitada de condiciones médicas graves o crónicas y se amplió considerablemente en 2014 para cualquier persona con autorización médica de un médico que indique que se beneficiaría terapéuticamente del cannabis. En diciembre de 2015, el gobierno federal se comprometió a legalizar el cannabis no medicinal; después de este anuncio, hubo grandes aumentos en los dispensarios de cannabis medicinal y no medicinal ilícitos y del mercado gris, y en los vendedores en línea. La legalización del cannabis no medicinal entró en vigencia en octubre de 2018, convirtiendo a Canadá en el primer país del mundo en permitir la venta comercial de cannabis no medicinal. 

El estudio actual está situado en Ontario, la provincia más poblada de Canadá (14,5 millones de residentes). En Ontario, inicialmente hubo restricciones en la cantidad de tiendas de cannabis legal y los tipos de productos que podían salir al mercado. A principios de 2020, el mercado de Ontario comenzó a comercializarse con la introducción de nuevos productos con alto contenido de THC (concentrados, vaporizadores y comestibles) junto con la eliminación de las restricciones en las tiendas. Estos cambios de política, combinados con datos administrativos de salud robustos que capturan todos los encuentros del sistema de salud para todos los residentes de Ontario, brindan una oportunidad única para comprender la asociación de los cambios de política de cannabis con el riesgo de esquizofrenia.

A lo largo de los 17 años de estudio, 118.650 individuos (0,9%) tuvieron una visita de emergencia o una hospitalización por un trastorno por consumo de cannabis (TCC). Durante el período de estudio, 91.106 (0,7%) individuos desarrollaron esquizofrenia: 10.583 de 118.650 individuos con TCC (8,9%) desarrollaron esquizofrenia, en comparación con 80.523 de 13.470.031 individuos sin TCC (0,6%) . En comparación con las personas sin TCC, las personas con TCC tenían más probabilidades de ser hombres, ser más jóvenes (edad media 27,5), vivir en barrios de bajos ingresosy menos probabilidades de ser inmigrantes en Canadá. Los pacientes con TCC tenían niveles sustancialmente más altos de atención ambulatoria y aguda previa asociada con la salud mental y el uso de sustancias.

En este estudio de cohorte de base poblacional, la fracción atribuible a la población del trastorno por consumo de cannabis asociado con la esquizofrenia aumentó significativamente del 3,7 % en el período anterior a la legalización al 10,3 % durante el período posterior a la legalización. Estos hallazgos sugieren que la asociación entre los trastornos por consumo de cannabis y la esquizofrenia es una consideración importante para la legalización del cannabis.

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9 jun 2025

Vinculan enfermedades cardíacas precoces con el consumo de marihuana

Un nuevo estudio de la Universidad de California en San Francisco encontró que las personas sanas que fumaban marihuana regularmente o consumían comestibles con THC mostraron signos de enfermedad cardiovascular temprana similares a los fumadores de tabaco. Se trata de la primera investigación que analiza el impacto del THC en la función vascular en humanos.

El tetrahidrocannabinol (THC) es el componente de la marihuana que produce el efecto psicoactivo. Investigaciones previas con ratones detectaron daños en los vasos sanguíneos que suministran oxígeno a órganos vitales tras la exposición al humo de marihuana. Sin embargo, se desconocía si el humo de marihuana afectaría el sistema vascular humano.

“Encontramos que la función vascular se redujo en un 42% en los fumadores de marihuana y en un 56% en los usuarios de comestibles con THC, en comparación con los no usuarios”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Leila Mohammadi.

Una sola capa de células endoteliales recubre todos los vasos sanguíneos del cuerpo. Cuando funcionan correctamente, estas células especializadas liberan sustancias químicas como el óxido nítrico, que controlan la relajación y la contracción del canal, regulando así el flujo sanguíneo. Las células endoteliales sanas también participan en el crecimiento celular local y ayudan a prevenir la coagulación sanguínea.

Cuando las células endoteliales se inflaman, la acumulación de placa puede aumentar en las arterias con el tiempo, lo que puede causar infartos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. El daño a los vasos sanguíneos pequeños también puede causar enfermedades renales y pulmonares, coma, delirio y demencia.

Los cincuenta y cinco participantes del estudio se dividieron en tres grupos: personas que fumaron (no vapearon) marihuana tres o más veces por semana durante al menos un año, personas que consumieron comestibles con THC al menos tres veces por semana durante al menos un año y personas que no consumían. Ninguna de las personas de entre 18 y 50 años del estudio era fumadora o vapeadora de tabaco, y todas tenían poca exposición al humo de tabaco ajeno.

Los investigadores realizaron una ecografía en la arteria principal del brazo derecho de cada persona y luego les colocaron un manguito de presión arterial extremadamente apretado durante cinco minutos. Tras retirar el manguito, se volvió a escanear la arteria para comprobar su grado de dilatación o ensanchamiento para absorber el aumento del flujo sanguíneo, un proceso que requiere la liberación de óxido nítrico.

Según el estudio, el daño a las células endoteliales que regulan la dilatación se relacionó con la dosis. Los participantes que consumieron más marihuana presentaron un mayor riesgo de daño a los vasos sanguíneos que transportan oxígeno a los órganos.

“Un mayor consumo de cannabis, ya sea fumado o ingerido, se asocia con una función vascular más deficiente, lo que pone de relieve los riesgos cardiovasculares que aumentan con una mayor potencia y frecuencia de consumo”, afirmó Mohammadi.

Pruebas adicionales del cuello y el muslo verificaron la rigidez de las paredes de los vasos sanguíneos de cada persona. El estudio halló que, en comparación con quienes nunca habían consumido marihuana, los consumidores de cannabis no parecían presentar rigidez adicional en las paredes de los vasos sanguíneos.

Estudios previos han encontrado una fuerte relación entre el consumo de marihuana y enfermedades cardiovasculares posteriores. Un estudio de febrero de 2024 reveló que fumar, vapear o consumir marihuana conllevaba un riesgo significativamente mayor de infarto y accidente cerebrovascular, incluso si la persona no tenía afecciones cardíacas preexistentes y no fumaba ni vapeaba tabaco.

El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumentó un 42% y el riesgo de sufrir un ataque cardíaco aumentó un 25% si se consumía cannabis a diario, y el riesgo aumentó a medida que aumentaba el número de días de consumo de marihuana, halló el estudio.

La Asociación Americana del Corazón recomienda abstenerse de fumar o vapear cualquier sustancia, incluidos los productos de cannabis, debido al posible daño al corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos. Las directrices publicadas en 2020 mencionaron estudios que revelaron que podrían presentarse anomalías del ritmo cardíaco, como taquicardia y fibrilación auricular, una hora después de fumar marihuana con THC.

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24 ene 2025

Evalúan los efectos psiquiátricos del delta-8-THC y el impacto en la salud mental

La marihuana es la droga ilegal más consumida a nivel mundial. Las prevalencias de uso están aumentando debido a las flexibilizaciones normativas y legalización. El delta-9-THC es conocido por sus efectos psicoactivos y su potencial para inducir psicosis. En cambio el delta-8-THC, otro cannabinoide, está ganando popularidad a través de diversas vías de administración, y se lo ha vinculado a efectos adversos graves. El presente estudio revisó la literatura sobre los efectos psiquiátricos del delta-8-THC, particularmente la psicosis y las consecuencias graves para la salud mental, para destacar la necesidad de más investigación y regulación.

La búsqueda identificó 201 estudios, de los cuales 12 cumplieron con los criterios de inclusión para el análisis de texto completo. Se revisaron seis informes de casos, que involucraban a 9 pacientes. La mayoría de los pacientes eran hombres y tenían entre 20 y 30 años, con diversos antecedentes psiquiátricos, incluidos ausencia de antecedentes psiquiátricos, esquizofrenia, trastorno de estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada. Los síntomas notificados incluyeron psicosis, labilidad del estado de ánimo y síndrome de hiperémesis cannabinoide. Los tratamientos variaron, con diferentes resultados clínicos.

Concluyendo, el delta-8-THC plantea riesgos psiquiátricos significativos a pesar de ser menos intoxicante que el delta-9-THC. La falta de regulación por parte de la FDA y la disponibilidad de productos con delta-8-THC aumentan estos riesgos. 

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9 dic 2024

El consumo diario de cannabis de alta potencia aumenta significativamente el riesgo de psicosis

Existe una asociación bien establecida entre el cannabis y la psicosis, pero el papel subyacente de la genética en esta relación sigue sin estar claro. Una nueva investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King's College de Londres y South London y Maudsley NHS Foundation Trust sobre más de 145.000 casos ha demostrado que la carga genética de la esquizofrenia y el uso frecuente de cannabis tienen vínculos independientes con la probabilidad de desarrollar psicosis clínica.

Los investigadores utilizaron dos grandes conjuntos de datos para analizar la relación entre el consumo de cannabis, las puntuaciones de riesgo poligénico de esquizofrenia (PRS) y la psicosis. No encontraron pruebas de que el cannabis y los riesgos genéticos interactúen, lo que sugiere que estos factores influyen en la psicosis a través de vías separadas. El consumo diario de cannabis de alta potencia mostró el vínculo más fuerte con el riesgo de psicosis, independientemente de la predisposición genética. 

Los investigadores trabajaron con dos grandes conjuntos de datos para establecer puntuaciones de riesgo poligénico (PRS) para la esquizofrenia y el trastorno por consumo de cannabis para investigar su relación con la psicosis y los patrones de consumo de cannabis. Los datos procedían de la Red Europea de Redes Nacionales de Esquizofrenia que Estudian las Interacciones Gen-Ambiente (EU-GEI) y del Biobanco del Reino Unido, que son grandes cohortes que contienen datos sobre genética, consumo de cannabis declarado por los propios participantes y diagnósticos de psicosis. Hubo 1592 participantes de EU-GEI y 145.244 participantes del Biobanco del Reino Unido. 

En ambas muestras, el consumo frecuente de cannabis a lo largo de la vida se asoció con una mayor probabilidad de psicosis, y esta fue mayor entre los consumidores diarios de cannabis de alta potencia. El cannabis de alta potencia se definió como aquel que tenía un contenido de tetrahidrocannabinol (THC) delta-9 del 10 por ciento o más.

Esta relación se mantuvo igual cuando los investigadores tomaron en cuenta el PRS para la esquizofrenia, lo que sugiere que el riesgo ambiental del consumo de cannabis para la psicosis es independiente del riesgo genético. A través de un análisis más profundo del uso de cannabis en diferentes frecuencias y potencias, quedó demostrado que el mayor riesgo de psicosis se da en aquellos con mayor predisposición genética a la esquizofrenia que consumen cannabis de alta potencia a diario.

Estos son hallazgos importantes en un momento en que el consumo y la potencia del cannabis están aumentando en todo el mundo. El estudio The impact of schizophrenia genetic load and heavy cannabis use on the risk of psychotic disorder in the EU-GEI case-control and UK Biobank studies indica que los consumidores diarios de cannabis de alta potencia tienen un mayor riesgo de desarrollar psicosis independientemente de su puntuación de riesgo poligénico para la esquizofrenia.

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24 oct 2024

El consumo de cannabis de alta potencia deja una una marca distintiva en el ADN

Una nueva investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres y la Universidad de Exeter sugiere que el uso de cannabis con un contenido de delta-9 tetrahidrocannabinol (THC) del diez por ciento o más deja una huella en el ADN, relacionada con los mecanismos relacionados con el sistema inmunológico y la producción de energía. 

Asimismo, el efecto del uso de cannabis en el ADN es diferente en las personas que experimentan su primer episodio de psicosis en comparación con los usuarios que nunca han experimentado psicosis. Esto supondría que podría haber potencial para que los análisis de sangre de ADN ayuden a caracterizar a los usuarios con mayor riesgo de desarrollar psicosis, tanto en entornos de uso recreativo como medicinal, e implementar políticas preventivas.

Los investigadores exploraron los efectos del consumo de cannabis en la metilación del ADN, un proceso químico detectado en muestras de sangre que altera el funcionamiento de los genes (ya sea que estén activados o desactivados). La metilación del ADN es un tipo de cambio epigenético, lo que significa que altera la expresión genética sin afectar la secuencia del ADN en sí, y se considera un factor vital en la interacción entre los factores de riesgo y la salud mental. 

El equipo de laboratorio de la Universidad de Exeter realizó análisis complejos de la metilación del ADN en todo el genoma humano, utilizando muestras de sangre de personas que habían experimentado un primer episodio de psicosis y de aquellas que nunca habían tenido una experiencia psicótica.

El análisis mostró que los consumidores frecuentes de cannabis de alta potencia presentaban cambios en genes relacionados con la función mitocondrial e inmunitaria, que podría afectar la energía y la respuesta inmunitaria. Estos cambios no se explicaban por el efecto bien establecido que tiene el tabaco en la metilación del ADN, que la mayoría de los consumidores de cannabis suelen mezclar en los porros. Asimismo, estos cambios epigenéticos, determinados por el estilo de vida y las exposiciones, ofrecen una perspectiva valiosa sobre cómo el consumo de cannabis puede influir en la salud mental a través de vías biológicas. El estudio se efectuó sobre un total de 682 participantes

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7 oct 2024

Las políticas restrictivas se asocian a un menor uso de marihuana entre adultos y jóvenes

Existe una enorme variación en la forma en que los gobiernos establecen regulaciones sobre los mercados de cannabis. Las políticas públicas pueden afectar las actitudes hacia el consumo de cannabis (por ejemplo, la percepción de daño o riesgo), el consumo de cannabis con fines recreativos o de automedicación, el acceso y el costo, la exposición a la publicidad y la aceptabilidad social o la normalización del consumo. Comprender cómo los diferentes enfoques influyen en el consumo moderado o excesivo de cannabis es imperativo para proteger la salud pública. En este sentido, las políticas estadounidenses más restrictivas sobre el cannabis parecen estar asociadas con un menor consumo de cannabis tanto entre adultos como entre jóvenes. Así lo determinó el estudio The association between state cannabis policies and cannabis use among adults and youth, United States, 2002–2019 (financiado por el  National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism), cuyo mayor aporte fue el de caracterizar todo el entorno de políticas públicas regulatorias a través de la Escala de Política de Cannabis (CPS) y examinar la asociación entre la restrictividad de la CPS y la prevalencia del uso de cannabis para adultos y jóvenes en los últimos 30 días según la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud (NSDUH). El período del estudio se limitó a 2002 a 2019 debido a cambios metodológicos antes de 2002 y después de 2019.

Las variables de exposición incluyeron el CPS general para adultos (para aquellos de 18 años o más) y el CPS para jóvenes (para aquellos menores de 18 años). Ambas medidas del CPS capturan la restrictividad del entorno de políticas de cannabis de un estado en un año determinado, agregando regulaciones en 17 áreas de políticas (las puntuaciones más altas corresponden a entornos de políticas más restrictivos): restricciones de disponibilidad física minorista; impuestos; restricciones de precios minoristas; restricciones y requisitos de operaciones minoristas; restricciones y requisitos de diseño de productos; restricciones publicitarias; restricciones y requisitos de operaciones de cultivo y fabricación; restricciones de entrega; sanciones por posesión por parte de adultos; leyes de aire limpio y libres de humo; restricciones y requisitos de empaquetado y etiquetado; límites de posesión de cannabis; leyes de conducción en estado de ebriedad; políticas para jóvenes; restricciones de cultivo en el hogar; restricciones y requisitos de cannabis medicinal; y requisitos de seguimiento y rastreo. 

Se estimaron tres conjuntos de regresiones lineales. El primero incluyó efectos fijos a nivel estatal y anual para tener en cuenta factores no observados potencialmente correlacionados con el CPS que pueden cambiar con el tiempo o diferir entre estados. El segundo modelo agregó controles a nivel estatal que se cree que potencialmente confunden la asociación entre el CPS y el consumo de cannabis (incluido el porcentaje de la población que es masculina, blanca, hispana, de 21 años o menos, que vive en un área urbana, tiene una licenciatura, así como las tasas de desempleo y pobreza). El tercer modelo reemplazó los efectos fijos estatales con efectos aleatorios estatales. 

Durante el período de estudio, el consumo de cannabis en el último mes aumentó significativamente ( P  = 0,00) para los adultos del 6,2% (DE = 1,6%) en 2002 a 2003 al 11,5% (DE = 3,7%) y disminuyó significativamente (p = 0,00) para los jóvenes del 8,5% (DE = 1,6%) en 2002 a 2003 al 7,2% (DE = 1,8%) en 2018 a 2019 (Tabla  1 ). La Figura  2 ilustra además esta relación entre el CPS y el consumo de cannabis en el último mes para adultos (Figura  2a ) y jóvenes (Figura  2b ) en 2018 a 2019, por estado. Los estados con puntuaciones CPS más bajas (es decir, regulaciones más laxas, como Nevada, California y Colorado) normalmente tenían tasas de prevalencia en el último mes más altas.

En los tres modelos de regresión lineal multivariante, un aumento de 10 puntos porcentuales en la CPS general de adultos (es decir, volverse más restrictivo) se asoció con una prevalencia en el último mes de 0,81 a 0,97 puntos porcentuales menor para toda la población. 

Cuando los modelos se estratificaron por edad, un aumento de 10 puntos porcentuales en el CPS de adultos se asoció con una reducción de 0,87 a 1,04 puntos porcentuales en la prevalencia del último mes para adultos de 18 años o más. Un aumento de 10 puntos porcentuales en el CPS de jóvenes se asoció con una reducción de 0,17 a 0,21 puntos porcentuales en la prevalencia del último mes para jóvenes. Esta relación se mantuvo constante y estadísticamente significativa en la mayoría de los modelos. El modelo de efectos fijos para jóvenes con controles a nivel estatal presentó una excepción. Un aumento de 10 puntos porcentuales en el CPS de jóvenes se asoció con una reducción en la prevalencia del último mes, pero esta asociación no fue estadísticamente significativa. Los análisis de sensibilidad que consideraron los efectos de política rezagados demostraron hallazgos similares.

El impacto de la liberalización de las políticas sobre el cannabis en el consumo de esta sustancia es de gran importancia, en particular dada la creciente popularidad de los productos de alta potencia, que pueden exacerbar los riesgos conocidos para la salud, como el trastorno por consumo de cannabis y la psicosis, o introducir nuevos riesgos para la salud, como el síndrome de hiperémesis por cannabis Si bien el presente estudio tiene varias limitaciones y advertencias relacionadas con algunas variables utilizadas, es posible concluir que los entornos de políticas de cannabis menos restrictivos, medidos por la CPS, se asociaron con una mayor prevalencia del consumo de cannabis en el último mes entre adultos y jóvenes de 2002 a 2019.

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13 sept 2024

El consumo de marihuana se asocia a peor sueño y problemas de memoria

El creciente uso legal del cannabis con fines recreativos y médicos ha generado una mayor preocupación por los posibles efectos secundarios del consumo a largo plazo, en particular en lo que respecta a los problemas de memoria y sueño. Hasta ahora, el efecto del consumo sobre el sueño y sobre la memoria solo se había estudiado por separado. Una investigación del Centro de Salud Cerebral de la Universidad de Texas, en colaboración con un equipo de la Universidad de Ámsterdam, vino a llenar este vacío al evaluar cómo el sueño afecta la memoria entre los consumidores de cannabis.

El estudio "El papel del sueño en el vínculo entre el consumo de cannabis y la función de la memoria: evidencia de un estudio transversal", se publicó recientemente en The American Journal of Drug and Alcohol Abuse.

Un total de 141 adultos con trastorno por consumo de cannabis (consumo de cannabis regularmente, más de 5 días a la semana) y 87 usuarios no actuales participaron en este estudio. Los participantes informaron sobre la frecuencia con la que habían tenido problemas de sueño durante la última semana, y completaron una variedad de evaluaciones cognitivas que evaluaron su memoria verbal, aprendizaje visoespacial y rendimiento de la memoria.

Los resultados revelaron que el grupo con TCC manifestó más problemas de sueño que el grupo sin TCC, y que esto también contribuyó a los problemas de memoria visoespacial. No hubo diferencias entre los dos grupos en el rendimiento de la memoria verbal.

 "Aunque el sueño es una de las principales razones por las que la gente consume cannabis, nuestros hallazgos sugieren que el consumo de cannabis a largo plazo en realidad provoca un sueño más deficiente, lo que se asocia con una memoria más deficiente. Estos hallazgos son útiles para informar a los consumidores, médicos y legisladores sobre las consideraciones terapéuticas del cannabis, en particular en lo que respecta a su uso como ayuda para dormir" afirma la autora principal, Tracy Brown, estudiante de doctorado en psicología de la Universidad de Texas.

Para los investigadores, este estudio señala la importancia de analizar el sueño a la hora de evaluar los efectos del cannabis en la salud del cerebro.

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30 ago 2024

Alertan por el incremento de la concentración de THC de la marihuana legal

En 2022, el gobierno federal de los Estados Unidos informó que, en muestras incautadas por la DEA, los niveles promedio de THC - tetrahidrocannabinol (el compuesto psicoactivo de la marihuana que te hace sentir drogado) se habían más que triplicado en comparación con 25 años. Eso puede subestimar lo fuerte que se ha vuelto la marihuana. La mayoría de las cepas que se comercializan en Estados Unidos prometen al menos entre un 20 y un 30 por ciento de THC. Y los productos de marihuana concentrados diseñados para vapear pueden etiquetarse como de hasta un 90 por ciento.

Para el fumador de marihuana promedio que pretende consumir sin pasarse, esto resulta frustrante. Y para algunos desprevenidos puede ser peligroso. En los últimos años han aumentado los informes de personas, especialmente adolescentes, que experimentan "psicosis inducida por marihuana" a corto y largo plazo, con consecuencias que incluyen hospitalizaciones por vómitos crónicos y alucinaciones auditivas de pájaros parlantes . Múltiples estudios han establecido un vínculo entre el uso intensivo de marihuana de alta potencia, en particular, y el desarrollo de trastornos psicológicos, incluida la esquizofrenia , aunque no se ha demostrado una conexión causal.

“Es perfectamente posible que este nuevo tipo de cannabis, muy fuerte y consumido en patrones muy intensos, pueda causar daño cerebral permanente a los adolescentes, porque es cuando el cerebro se está desarrollando mucho”, sostiene Keith Humphreys, profesor de psiquiatría de Stanford y ex asesor de políticas de drogas de la administración Obama. Humphreys destacó que la proporción de personas que tienen episodios psicóticos aislados con marihuana será “mucho mayor” que la cantidad de personas que terminan con una alteración permanente. Pero incluso un episodio temporal de psicosis es bastante malo.

La explicación más sencilla es que los fumadores ocasionales que añoran los sabores de su juventud no son los principales clientes de la industria, sino los fumadores habituales. Según una investigación de Jonathan P. Caulkins, profesor de políticas públicas en Carnegie Mellon, las personas que dicen fumar más de 25 veces al mes representan aproximadamente un tercio de los consumidores de marihuana, pero representan aproximadamente dos tercios del consumo total de marihuana. Estos consumidores habituales tienden a desarrollar una alta tolerancia y sus gustos impulsan las decisiones de cultivo de la industria.

La industria no se muestra tímida al respecto. Durante la Cumbre Nacional de Inversión en Cannabis en Washington DC, los inversores utilizaron los términos alta calidad y potencia casi indistintamente. Los altos porcentajes de THC funcionan bien entre los consumidores habituales: los que se levantan y fuman marihuana y los que fuman porros antes de acostarse. El comprador objetivo es el tipo que acaba de trabajar 40 horas a la semana y quiere "colocarse como un loco" con un presupuesto limitado.

Los productores más pequeños podrían crear un nicho para sostener los efectso más suave, pero debido a la forma en que se ha desarrollado el mercado legal de la marihuana están luchando por sobrevivir. Sucede que hoy estos mercados están dominados por grandes “operadores multiestatales” bien financiados, en la jerga del sector. Si los incentivos del mercado apuntan a concentraciones cada vez mayores de THC, una vía para obtener variedades más suaves sería la regulación gubernamental, pero la marihuana legal existe en gran medida en un vacío regulatorio.

La paradoja de la legalización es que, a medida que la marihuana se ha vuelto más fácil de conseguir, se ha vuelto más difícil de fumarla. No hace falta ser un defensor de la guerra contra las drogas para preocuparse por las consecuencias de liberar tanta hierba de altísima potencia en el mundo.

(Nota publicada en The Atlantic)

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8 jul 2024

El consumo diario de cannabis se asocia a una menor tolerancia al dolor

El consumo de cannabis "medicinal" es visto comúnmente como una solución razonable para el manejo del dolor por el público. Pero la evidencia actual refleja resultados contradictorios. 

Un estudio de cohorte retrospectivo comparó los umbrales de tolerancia al dolor en participantes que informaron un consumo diario de cannabis con individuos que informaron un consumo diario de nicotina inhalada, consumo diario de cannabis y nicotina inhalada, y ningún consumo de cannabis/nicotina (grupo de control). Todos los participantes recibieron un estímulo doloroso (la prueba de presión en frío [CPT]), con el tiempo hasta el dolor informado como medida de resultado principal.

Las personas que consumían cannabis a diario demostraron una reducción significativa en la tolerancia al dolor con un tiempo CPT medio de 46 segundos, en comparación con el tiempo CPT medio del grupo de control de 105 segundos.

Los participantes con consumo diario de nicotina inhalada demostraron un resultado similar a aquellos con consumo diario de cannabis, con un tiempo CPT medio de 45 segundos, pero este resultado tuvo significación estadística marginal.

En general, los participantes que consumían diariamente cannabis y nicotina demostraron una reducción significativa en la tolerancia al dolor con el tiempo CPT medio más bajo (26 segundos).

El estudio Daily cannabis use may cause cannabis-induced hyperalgesia contribuye a un creciente conjunto de pruebas de que el consumo diario de cannabis puede producir un aumento de la sensibilidad al dolor y dolor crónico (o sensibilización central). Los autores postulan que el procesamiento oponente (la desensibilización de los receptores CB1 y CB2 que hace que el mecanismo complementario disfórico del cerebro funcione a toda marcha) puede desempeñar un papel en la hiperalgesia inducida por el cannabis. 

A su vez, los pacientes pueden verse obligados a intensificar su consumo y correr el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis. Dadas las implicaciones, el consumo de cannabis con fines médicos debe abordarse con cautela. La relación entre los individuos con una tolerancia al dolor inherentemente reducida y el consumo posterior de cannabis merece una mayor investigación.

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13 jun 2024

El THC altera la actividad cerebral y puede causar deterioro cognitivo


Un estudio de imágenes cerebrales dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts revela que el principal componente psicoactivo del cannabis o la marihuana altera las conexiones y la actividad normal de la corteza prefrontal del cerebro, una región crucial para la toma de decisiones y el autocontrol. Los hallazgos se publican en la revista Neuropsychopharmacology.

"Sabemos que el Δ9-tetrahidrocannabinol en el cannabis puede afectar el pensamiento y el comportamiento y potencialmente conducir a un deterioro cognitivo", dijo la autora principal Jodi M. Gilman, Ph.D., directora de Neurociencia del Centro de Adicciones del Hospital General de Massachusetts. "Esta alteración de la corteza prefrontal puede ser la base del deterioro cognitivo".

Los investigadores realizaron un estudio cruzado, aleatorizado, doble ciego, en adultos de entre 18 y 55 años que consumían cannabis con regularidad. Utilizando tecnología portátil de escaneo cerebral, los investigadores compararon la actividad cerebral de 128 participantes bajo la influencia del THC versus un placebo.

El THC se asoció con una disminución de la conectividad funcional dentro de la corteza prefrontal en relación con el placebo, con las conexiones más débiles entre aquellos que informaron una mayor gravedad de la intoxicación.

Además, el THC se asoció con una mayor variabilidad (o estabilidad reducida) de la conectividad funcional de la corteza prefrontal, lo que podría indicar una capacidad reducida del cerebro para adaptarse o reconfigurarse eficientemente a los estímulos cambiantes. Finalmente, el THC se asoció con una menor actividad general dentro de la corteza prefrontal .

"Necesitamos más estudios para comprender cómo los efectos cerebrales de la intoxicación aguda por THC se relacionan con el rendimiento cognitivo y el deterioro operativo", dijo Gilman.

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27 may 2024

El REPROCANN, la marihuana medicinal y el caballo de Troya


Existe algo llamado pirámide de la evidencia científica, que viene a dar cuenta de cuán confiables son los diferentes modelos de investigación. Según este modelo, cuanto más cerca de la cúspide, más sólidas y fiables serán las evidencias reportadas. Pero a la inversa, cuanto más cercanas a la base mayor es el riesgo de manipulaciones y sesgos ideológicos. 

En la actualidad es vasta la evidencia de que, valga la redundancia, aún falta mucha evidencia sobre las potencialidades terapéuticas de los cannabinoides presentes en la planta de marihuana. O dicho de otro modo, aún no existe comprobación suficiente para demostrar que los beneficios para la salud son suficientemente mayores que los perjuicios. Porque para garantizar la efectividad de un fármaco elaborado a base de cannabinoides, se necesita avanzar desde la base (la experiencia personal de los usuarios, la opinión de expertos, la recopilación informal de casos), sorteando distintas instancias de prueba, experimentación y validación, hasta la cúspide de la pirámide (estudios de revisión sistemática o meta-análisis). Y si en alguna fase exploratoria ese fármaco generara algún efecto paradojal significativo, o bien no se demostrara mejora sustancial en la función buscada, la investigación queda descartada. 

La ciencia y la medicina operan de formas diferentes a los parámetros ideológicos de la política. 

La ley original de marihuana “medicinal" N°27350, sancionada en el año 2017 bajo la administración del ex presidente Mauricio Macri, establecía un interesante marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud y previniendo posibles desvíos. Lejos de negar el fenómeno, lo que buscaba esta norma era brindar un paraguas de certezas científicas para poder avanzar en este aspecto. Lo que taxativamente esa norma no contemplaba era la posibilidad del autocultivo de marihuana, algo penalizado por la ley de estupefacientes.

Fue muy sintomático que apenas unos meses después de que se promulgara la ley, un grupo de diputados impulsara una modificación intentando introducir la posibilidad de la tenencia y del autocultivo. Aún más sugestivo fue que tres años después, el decreto 883/20 firmado por el ex presidente Alberto Fernández modificó la reglamentación de la 27350, cambió diametralmente su espíritu original y, amparado en el supuesto fracaso del Estado en garantizar el acceso a la salud del grupo poblacional alcanzado por la normativa, creó el troyano perfecto para habilitar un instrumento para el tan reclamado autocultivo: el Registro Nacional de Pacientes en Tratamiento con Cannabis (REPROCANN). 

El decreto 883/2020 viene a ser la flecha descendente en la pirámide, la que nos acerca al relativismo ideológico y nos aleja de la evidencia científica que procuraba alcanzar la ley original del 2017. No sólo eso: al habilitar el autocultivo de marihuana para que cualquier persona elabore preparados “curativos” sin establecer qué cannabinoides son efectivos para qué dolencias, sin ningún tipo de protocolo de control sanitario, sin definir para qué usos, sin definir dosis, sin establecer contraindicaciones o riesgos, sin determinar edades, nos han convertido en conejillos de indias de una industria paralela del sanitarismo ilegal, que floreció al amparo de los grises normativos, la falta de controles, los desvíos, las avivadas y el vale todo. 

Por ejemplo, los famosos aceites de CBD (cannabidiol) que circulan libremente entre nosotros tienen una altísima toxicidad hepática. Está documentado y ampliamente comprobado el daño al hígado del consumidor, en especial en niños que están en plena etapa madurativa de este órgano, o en adultos mayores. En paralelo, convivimos con goteros y preparados de dudosa procedencia, que se comercializan en dietéticas y hasta en veterinarias. Pócimas y ungüentos magistrales que, para la creencia popular instalada, todo lo curan, todo lo sanan. 

Sin embargo, existen informes que demuestran que la marihuana no es mucho más efectiva que un placebo en, por ejemplo, paliar el dolor. Y que lo que existe es un condicionamiento social que predispone a la gente a confiar ciegamente en los beneficios, motorizado en gran parte por los medios masivos de comunicación, las revistas académicas y la información disponible en Internet. Sucede que si una persona cree que experimentará un alivio de su dolor usando un determinado producto o tratamiento, esto puede cambiar la forma en que terminan percibiendo las señales de dolor entrantes, haciéndoles pensar que su dolor es menos severo. 

No sólo eso. Las estadísticas oficiales demuestran un incremento del uso de marihuana en estos últimos tiempos. De acuerdo con el Observatorio Argentino de Drogas (OAD) de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), la prevalencia año de marihuana en población general era del 3,2% en 2010, 7,8 por ciento en 2017 y casi 14 por ciento en la última medición del 2022. El consumo de esta droga casi se ha duplicado en cinco años, y se ha cuadruplicado en doce.

¿Explicación? Al amparo de la proclama "medicinal", se produjo una sistemática y metódica construcción de un imaginario social relativista y banalizador, una baja en la percepción del riesgo, un aumento en la tolerancia social, y una mayor disponibilidad de cannabis debido a las flexibilizaciones normativas sobre el autocultivo (y los desvíos, claro). Porque aunque parezca increíble, resultaba sencillo inscribirse en el REPROCANN para cultivar con fines “medicinales” y utilizar ese paraguas legal con fines comerciales ilícitos. Y para los inadvertidos que suponen que para eso está la ley penal y la fuerza pública, sepan que el Ministerio Público Fiscal siempre ha tenido severos inconvenientes para acceder a la base de datos de cultivadores en los tiempos y formas que dictan cualquier allanamiento por infracción a la 23737.

Por otra parte, cualquier política pública implica una determinada utilización de recursos del Estado destinados a resolver alguna situación problemática que, desde una perspectiva de accountability, responsabilidad y rendición de cuentas, deben ser evaluadas y dimensionadas según su alcance y su impacto en el conjunto de la población. En el caso de la marihuana “medicinal”, el REPROCANN y el invocado derecho al acceso a la salud, un relevamiento a cargo de la Universidad Nacional de Quilmes, la revista THC y el Centro de Estudios de la Cultura Cannábica Argentina (Cecca) pone en evidencia que existiría un sobredimensionamiento y una magnificación de un fenómeno que, sin negarlo, no sería lo suficientemente significativo como nos quieren hacer creer.

La investigación estimó que en Argentina hay cerca de un millón y medio de usuarios de cannabis, de los cuales sólo dos de cada diez la consumen con fines medicinales. Si desglosamos por edades y finalidades de uso, las pruebas son aún más contundentes. En la franja de los 16 a 24 años (representa el 49 por ciento del total país), nueve de cada diez accede a la marihuana con fines recreativos. Entre los 25 y los 39 años (43 por ciento del total), el uso recreativo representa el 80 por ciento. Y en el resto de la población comprendida entre los 40 y los mayores de 70 años (8 por ciento del total), en la que uno supone que existirían mayores problemáticas de salud, recién a partir de los 55 años el uso medicinal es mayor que el uso con finalidades recreativas. 

A confesión de partes relevo de pruebas. 

Bien sabemos que lo recreativo siempre antecedió a cualquier otro uso posible, y que lo medicinal fue la posverdad perfecta para modelar el imaginario social y abrir las puertas a la legalización de la marihuana.¿Estaríamos ante una normativa diseñada originalmente para acompañar y resolver las problemáticas de salud de unas 300 mil personas aproximadamente, pero que con el troyano del autocultivo para uso recreativo “responsable” terminó dañando exponencialmente a un gran conjunto de la población, especialmente a nuestros niños, niñas y adolescentes?  

Entre varias de las bombas activadas por la administración saliente, la gestión del presidente Javier Milei se encontró en el REPROCANN con un total de 375.000 registros (de los cuales más de la mitad tienen credenciales inactivas), y un cuello de botella de unas noventa mil solicitudes pendientes de revisión. Lo más llamativo es que sólo un 4 por ciento de estas nuevas inscripciones cumple con alguno de los diagnósticos afines al Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados y Tratamientos No Convencionales. 

Por el contrario, ocho de cada diez prescripciones indicadas son por trastornos de ansiedad, insomnio y/o dolores. La lista de otras patologías o afecciones certificadas es realmente extensa y variopinta, desde dismenorreas hasta colon irritable. Algo así como una tómbola de diagnósticos en los que la marihuana emerge como la panacea. Algo así como dar en el blanco con los ojos vendados.

Dato color para el sinceramiento: el diagnóstico médico “con fines recreativos” alcanza el 3 por ciento de las solicitudes de inscripción sujetas a fiscalización en el REPROCANN.

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8 mar 2024

Algunas consideraciones sobre la legalización de la marihuana en Alemania

Después de dos años de debates en el parlamento, en los que muchos expertos advirtieron sobre las implicaciones negativas de la legalización para la protección de niños y jóvenes y el aumento de los riesgos para la salud relacionados con consumo de cannabis, la coalición de gobierno en Alemania votó, no obstante, a favor del plan propuesto, que tenía una gran motivación política.  La votación plantea muchas preguntas, incluidos los detalles de la ley y su impacto para Alemania y los países de la Unión Europea.

El 23 de febrero de 2024, el Bundestag alemán aprobó la semilegalización del cannabis a partir del 1 de abril de 2024. El plan fue presentado y adoptado por la Coalición Ampel (que incluye al SPD (socialdemócratas), die Grünen (los Verdes) y El FDP (liberales), la CDU/CSU (demócrata-cristianos) y la AFD (derecha) votaron en contra del plan.

Originalmente, la Coalición Ampel planeaba liberalizar completamente el cannabis (uso, cultivo y comercio) en Alemania a más tardar en 2023. Debido a la oposición dentro de Alemania y a los planes contrarios a la normativa europea, los planes de legalización se han modificado y su votación se ha pospuesto varias veces. Los planes recientemente adoptados están orquestados como un modelo de dos pilares. El primer pilar permitirá el cultivo privado para consumo personal (1 de abril de 2024) y el cultivo no comercial de cannabis en clubes de cannabis regulados (julio de 2024). El segundo pilar se centrará en pilotos en los que se pondrá a prueba la cadena de suministro comercial. Estos planes se prepararán durante la implementación del pilar uno y se llevarán a cabo conversaciones con la UE.

¿Qué implica el plan adoptado? A partir del 1 de abril:

  • El cannabis ya no se considera una sustancia ilegal en Alemania y puede consumirse legalmente.
  • Los adultos (mayores de 18 años) que hayan residido oficialmente en Alemania durante al menos 6 meses pueden cultivar hasta 3 plantas por adulto en su hogar para uso personal (un hogar con varios adultos solo puede plantar hasta tres plantas juntas).
  • Se debe proteger a los niños y jóvenes de las plantas cultivadas en casa.
  • Los adultos (mayores de 18 años) pueden poseer hasta 50 gramos de cannabis seco para uso personal en el hogar (ámbito privado).
  • Los adultos (mayores de 18 años) pueden poseer hasta 25 gramos de cannabis para uso personal en un entorno público.
  • Se permite el consumo de cannabis más allá de los 100 metros de colegios, instalaciones infantiles y juveniles e instalaciones deportivas públicas.
  • No se permite el consumo en las zonas peatonales entre las 7 y las 20 horas.

A partir del 1 de julio (aproximadamente):

  • Se permite el establecimiento y apertura de clubes de cannabis en los que se permite el cultivo sin fines comerciales a sus miembros.
  • Los clubes de cannabis no pueden superar los 500 miembros, que deben ser alemanes o residentes habituales y se debe verificar su edad.
  • Los clubes de cannabis pueden donar hasta 25 gramos al día a sus socios o 50 gramos al mes.
  • Para aquellos entre 18 y 21 años, se permiten 30 gramos por mes con una cantidad restringida de THC del 10%.
  • Los gobiernos estatales pueden limitar el número de asociaciones de cultivo a una por cada 6.000 habitantes por distrito o ciudad independiente.
  • Los clubes de cannabis pueden proporcionar 7 semillas de cannabis o 5 esquejes por mes a no socios (adultos) para su cultivo privado para consumo propio.
  • En los clubes se puede proporcionar información y asesoramiento.
  • El cannabis estará disponible para la venta en tiendas autorizadas, como farmacias. Sin embargo, al principio solo se ofrecerá en tiendas autorizadas en regiones piloto mientras la posesión y el uso de cannabis serán legales a partir del 1 de abril.
  • Con carácter general, se prohibirá la publicidad y el patrocinio de asociaciones de consumidores y cultivadores de cannabis. Además, el gobierno planea fortalecer la prevención a través de una campaña de concientización sobre los efectos y riesgos del cannabis. Se reevaluarán los casos legales relacionados con el cannabis que se están tramitando actualmente.
  • La legalización actual del cannabis medicinal sigue siendo la misma y se requerirá receta médica para el cannabis.

Transcurridos los primeros 18 meses, se realizará una evaluación de los impactos en la protección de la infancia y la juventud y en el comportamiento de consumo de niños y jóvenes. Después de los dos primeros años, se publicará un informe provisional sobre los efectos de la ley, incluidos los efectos sobre el crimen organizado relacionado con el cannabis, incorporando la experiencia de la Oficina Federal de Policía Criminal. Finalmente, se presentará una evaluación integral y final cuatro años después de la fecha de implementación.

El plan de semilegalización es muy preocupante y presentará muchos desafíos dentro y fuera de Alemania. Casi todos los puntos del plan son cuestionables y se espera que conduzcan a un mayor riesgo de exposición y consumo de cannabis entre los jóvenes en lugar de una reducción, como fue uno de los principales argumentos de la coalición de gobierno.

Si bien el plan incluye una iniciativa de campaña de sensibilización para prevenir el consumo de drogas entre los niños, el presupuesto general para prevención ha sufrido un recorte inmenso y muy probablemente afectaría la capacidad de desarrollar e implementar la campaña. Además, una campaña de sensibilización no es suficiente para evitar la exposición al cannabis entre niños y jóvenes. Las investigaciones muestran que la prevención requiere inversiones sistemáticas a largo plazo en actividades e intervención de prevención temprana, centrándose en programas universales y selectivos que incluyan la prevención basada en la familia, la escuela, los medios de comunicación y la comunidad, la prevención ambiental y la prevención apropiada para la edad y el género. 

La legalización del cannabis alimenta la tendencia actual de normalizar la droga, que ya ha provocado a nivel mundial un aumento del consumo entre los jóvenes y seguirá haciéndolo. Desde que esté legalizado, la percepción de riesgo por su uso disminuirá. Además de esto, como ocurre con el alcohol, suele ser fácil para los jóvenes acceder a una sustancia siendo menores de edad a través de amigos o por falta de control cuando está legalizada.

Además, la posibilidad de consumir cannabis en casa y plantar 3 plantas por hogar aumenta drásticamente los riesgos de exposición del niño al cannabis. Si bien el plan incluye la necesidad de proteger al niño del cannabis y sus derivados, será imposible regularlo, como afirmó la policía.

Otras normas sobre las que la policía ha compartido sus críticas y que consideran una carga para su trabajo será la necesidad de regular el consumo de cannabis en un radio de 100 metros de escuelas, instalaciones infantiles y juveniles e instalaciones deportivas públicas, aumentando el riesgo de exposición al cannabis. entre los niños, así como la conducción bajo los efectos del alcohol, aumentando los riesgos de accidentes de tráfico.

Además, la reducción prevista del crimen organizado mediante la legalización del cannabis no se produciría pronto. Los planes incluyen la creación de clubes de cannabis a partir del 1 de julio, que permitirían a los residentes alemanes convertirse en miembros y comprar cannabis legal para no tener que depender más del mercado negro y recibir productos modificados. Sin embargo, el consumo de cannabis será legal a partir del 1 de abril. Incluso si se permitiera que los clubres cannábicos comenzaran a funcionar a partir del 1 de julio (ya que se esperan retrasos en el plan), para entonces no estaría listo ningún cannabis legal. Esto crea un intervalo desde el 1 de abril hasta la apertura de los clubes de cannabis, lo que incita al público a comprar cannabis en el mercado negro. Además, aquellos que no puedan ser miembros de los Cannabis Clubs o quieran comprar productos más baratos seguirán recurriendo al mercado negro.

Además, el público podrá portar 25 gramos de cannabis en público y conservar 50 gramos en el ámbito privado. Estas cifras son elevadas y sería difícil para la policía determinar si la persona lleva cannabis para uso personal o para la venta (como referencia, la cantidad de cannabis permitida en los Países Bajos es de 5 gramos por persona).

En general, la aprobación de los planes de semilegalización en Alemania probablemente provocará una ola en Europa. Su aprobación y la respuesta inadecuada o ignorancia de la Unión Europea muestran la capacidad de otros países para seguir el ejemplo de Alemania. Países como la República Checa ya han compartido su interés en iniciar conversaciones sobre la legalización basándose en los resultados en Alemania. Esta tendencia es preocupante y los datos de varios países y estados en los que el cannabis ha estado legalizado durante varios años han demostrado que el consumo de cannabis ha aumentado en lugar de reducirse.

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26 ene 2024

Conducción bajo los efectos de la marihuana, preocupante tendencia en los Estados Unidos


Un estudio reciente realizado por la Drug Free America Foundation, Inc. ha descubierto resultados alarmantes sobre los peligros de conducir bajo los efectos de sustancias psicoactivas, particularmente bajo la influencia de la marihuana con alto contenido de THC. Este estudio ha arrojado luz sobre los mayores riesgos asociados con el consumo de marihuana en aquellos Estados que han adoptado políticas más permisivas sobre esta droga. Los hallazgos sirven como un llamado a tomar medidas urgentes para abordar esta creciente preocupación por la seguridad pública.

El estudio revela una tendencia preocupante: en los Estados donde la marihuana con alto contenido de THC está legalizada, ya sea con fines médicos o recreativos, la frecuencia de conducción bajo los efectos de esta sustancia es un 32 por ciento más alta que en los Estados con regulaciones más estrictas. Las consecuencias de las políticas más flexibles sobre la marihuana en los 18 Estados menos restrictivos han resultado en un millón más de casos de conducción bajo los efectos de la marihuana, lo que representa una amenaza significativa para la seguridad del tráfico.

El estudio clasifica los 50 estados en dos grupos según sus políticas sobre la marihuana. El primer grupo comprende estados menos permisivos que han despenalizado el consumo de marihuana o implementado programas medicinales bajos en THC. El segundo grupo incluye estados más permisivos con programas medicinales con alto contenido de THC y programas completos de marihuana recreativa. En particular, el número de estados con programas recreativos completos ha aumentado a lo largo de los años, lo que indica un cambio en las políticas sobre la marihuana.

Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio es el dramático aumento de las muertes atribuidas a la conducción bajo los efectos de la marihuana. Entre 2000 y 2018, las muertes en los EE. UU. por incidentes de este tipo aumentaron del 9 por ciento de todos los accidentes fatales a un alarmante 21,5 por ciento. Este aumento de muertes se correlaciona con la relajación de las restricciones a la marihuana, lo que genera preocupación sobre los riesgos potenciales asociados con este cambio cultural.

El estudio enfatiza la introducción de una cultura más permisiva debido a la flexibilización de las restricciones a la marihuana en los estados legalizados. El estudio señala además que se han hecho pocos esfuerzos para abordar los riesgos potenciales de conducir bajo los efectos de la marihuana. La respuesta a la promulgación de políticas de legalización de la marihuana es evidente: el consumo de marihuana autoinformado en el último año se disparó del 10,4 por ciento en 2002 al 19,3 por ciento en 2021.

Al mismo tiempo, la potencia de la marihuana ha experimentado un aumento exponencial. De los modestos niveles de THC de la "Woodstock Weed" del 1 al 3 por ciento, la marihuana comercial moderna promedia niveles de THC entre el 19,2 y el 21,5 por ciento. El estudio también señala la falta de esfuerzos para reforzar los riesgos potenciales que la conducción bajo los efectos de la marihuana representa para la seguridad del tráfico en medio de estos importantes cambios culturales.

Todo esto se ve agravado por el hecho de que abordar los desafíos que se enfrentan al detectar y hacer cumplir las leyes de conducción bajo los efectos de la marihuana, utilizando los métodos actuales, es una ciencia imperfecta. Las pruebas tradicionales de alcohol en sangre o de sobriedad, efectivas para casos relacionados con el alcohol, son ineficaces e inadmisibles en los tribunales por casos de marihuana. Esto presenta un obstáculo importante para garantizar el cumplimiento de las leyes relacionadas con la conducción bajo los efectos de sustancias.

El estudio subraya la necesidad crítica de que estos resultados influyan en futuros debates políticos. Los datos de aplicación de la ley revelan que entre el 11 y el 23 por ciento de la marihuana recreativa vendida termina en manos de menores, lo que genera preocupación sobre el impacto en las generaciones más jóvenes. Además, se espera que la legalización de salas de consumo en siete Estados y de las tiendas de marihuana para venta al paso contribuya al aumento de los casos de intoxicación por marihuana en la conducción.

En respuesta a estos inquietantes hallazgos, Drug Free America Foundation, Inc. ha lanzado una campaña publicitaria integral para crear conciencia sobre los peligros de conducir bajo los efectos de la marihuana. Se está promocionando un video de larga duración que detalla estos peligros, junto con tres videos de 15 segundos, a través de una campaña de marketing digital multiplataforma en mercados de medios específicos en todo Estados Unidos. El objetivo es educar a los tomadores de decisiones y a los automovilistas sobre la urgente necesidad de tomar medidas para abordar los riesgos asociados con la conducción bajo los efectos de la marihuana.

Mientras la nación lidia con las consecuencias de las políticas permisivas sobre la marihuana, es crucial reconocer el alarmante aumento de la conducción bajo los efectos de la marihuana y su impacto de gran alcance en la seguridad pública. Los hallazgos del estudio sirven como una llamada de atención, instando a los formuladores de políticas, las agencias policiales y al público a colaborar para abordar los riesgos asociados con el consumo de marihuana mientras se conducen vehículos. El camino que tenemos por delante exige un esfuerzo concertado para aumentar la conciencia, aplicar medidas efectivas y priorizar la seguridad de todos los usuarios de la vía. La acción inmediata es esencial para frenar los crecientes peligros de conducir bajo los efectos de la marihuana y salvaguardar el bienestar de las comunidades en todo el país.

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28 nov 2023

Identifican patrones genéticos vinculados con la adicción al cannabis


El informe Multi-ancestry genome-wide association study of cannabis use disorder yields insight into disease biology and public health implications, publicado en Nature Genetics, profundiza en los orígenes genéticos del consumo de cannabis y los coloca como un factor de riesgo.

Tras analizar los genomas de más de un millón de personas, el estudio ha identificado tramos de ADN que podrían estar relacionados directamente con la propensión a consumir cannabis, el riesgo de desarrollar problemas asociados al consumo, y su relación con otras enfermedades como la psicosis o la esquizofrenia. También constató que algunas de esas regiones del genoma identificado están asociadas con otras afecciones de salud, como el cáncer de pulmón.

Este hallazgo es importante porque podría utilizarse en el futuro para identificar y apoyar a las personas con mayor riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos a través del consumo de cannabis. También porque pone de manifiesto que la adicción al cannabis podría tener riesgos sustanciales para la salud pública si aumenta su uso.

Frente al aumento de ciertas flexibilizaciones normativas referidas al consumo recreativo de esta droga, la duda que surge, tomando en cuenta los datos de esta investigación, es si este romanticismo cannábico podría conducir a un aumento de los problemas de adicción, o incluso de trastornos de salud mental relacionados con el consumo excesivo de marihuana.

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16 nov 2023

¿La legalización de la marihuana es un factor de riesgo para el suicidio?


Según un estudio publicado en el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, la legalización de la marihuana podría estar asociada con tasas más altas de suicidio entre adolescentes y adultos jóvenes.

El estudio Association Between Marijuana Laws and Suicide Among 12- to 25-Year-Olds in the United States From 2000 to 2019 utilizó datos del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales 2000-2019 para personas de 12 a 25 años. Se analizaron las muertes por suicidio en relación con el estatus normativo del cannabis en cada Estado y así poder determinar las asociaciones entre la legalización de la marihuana medicinal, la legalización de la marihuana recreativa y las tasas de suicidio.

Los investigadores encontraron que las mujeres jóvenes tenían tasas de suicidio más altas en aquellos lugares con marihuana medicinal y marihuana recreativa, en comparación con los estados sin legalización. Asimismo, los adolescentes de 14 a 16 años de ambos sexos tuvieron tasas de suicidio más altas en los estados con legalización de la marihuana para uso recreativo en comparación con aquellos en los estados con legalización de la marihuana medicinal.

Estos hallazgos merecen más profundización a los efectos de ser tomados en cuenta al momento de cualquier reforma legislativa", concluyeron.

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8 nov 2023

Ideología, economía y ciencia detrás de la "marihuana medicinal"


En tren de ordenar el extenso debate sobre las potencialidades terapéuticas de algunos de los componentes de la planta Cannabis Sativa, lo que muchos han simplificado astutamente bajo el concepto "marihuana medicinal", existen tres posibes ejes de análisis que no deben ser pasados por alto: la ideología, los intereses del mercado y la evidencia científica en este campo.

El ideológico 

La ley original de "marihuana medicinal" (N°27350), sancionada en 2017 bajo la administración Macri, establecía un interesante marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud. Lejos de negar el fenómeno, lo que buscaba esta ley era brindar un paraguas de certezas científicas para poder avanzar en este aspecto. Lo que taxativamente esa norma no contemplaba era la posibilidad del autocultivo. 

Fue muy sintomático que apenas unos meses después de que se promulgara la ley, un grupo de diputados impulsara una modificación intentando introducir la posibilidad de la tenencia/autocultivo. Más sintomático aún fue que en 2020, un decreto presidencial modificó la reglamentación de la 27350, cambió su espíritu y habilitó justamente el autocultivo (amparado en el supuesto fracaso del Estado en garantizar lo establecido en la ley). El caballo de Troya abría finalmente sus compuertas,

Al no existir consenso para modificar la ley de estupefacientes N°23737, al amparo del enfoque de derechos (acceso a a la salud) lo que el progresismo pro-cannábico hizo fue moldear un imaginario social mucho más permisivo y banalizador, que terminó sedimentando en una norma que hoy admite el autocultivo "con fines medicinales", cuando bien sabemos que lo recreativo siempre antecedió a cualquier otro uso posible.

El económico

Detrás de lo medicinal siempre estaba el gran negocio. Quienes trabajamos en este campo bien sabemos que detrás de todo este movimiento están las tabacaleras, quienes vieron recortados sus ingresos tras la firma del Convenio Marco de Control del Tabaco allá por 2003 y debieron migrar hacia otra fuente de negocios. De hecho, la provincia de Jujuy, que fue pionera en establecer alianzas público-privada con las empresas Green Leaf Farms (firma subsidiaria del grupo Player’s Network, que al tiempo presentó la quiebra), Aphria Inc. (productor y distribuidor internacional de cannabis medicinal y recreativo con sede en Canadá, y que en el 2020 absorvió Tilray para constituir el mayor imperio de cannabis del mundo),  y Blueberries Medical (compañía de capitales canadienses que en 2021 fue adquirida por el fondo de inversiones FLA Ventures, vinculada al Grupo América y relacionada con empresas de medicina prepaga), siempre tuvo en cuenta el lobby tabacalero (siempre rechazó la ratificación del CMCT desde el Senado) y la expansión y potencialidad del mercado de la marihuana para uso recreativo a nivel continental. 

La flamante ley 27669 (año 2022) y su reciente decreto reglamentario establecen el marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. Dentro de las consideraciones que quedaron sujetas a criterio (subjetivo) del PEN está el límite de THC establecido como delimitación de qué se entiende por cannabis y por cannabis psicoactivo. Hoy quedó establecido en hasta 1 por ciento. 

Casualmente, y no hace mucho, se puso a discusión (entre gallos y medianoches, como siempre) una modificación al Código Alimentario en el que se incorpora el cannabis y se admiten concentraciones de hasta 1 por ciento (siempre sujetas a modificación). El trámite se aprobó de forma express. Pero la principal objeción a este cambio es que el mundo ha establecido concentraciones de 0,3 por ciento, lo cual abre la caja de Pandora al desarrollo futuro de comestibles con concentraciones psicoactivas de alto riesgo no sólo para los usuarios, sino también para los niños. En EE.UU. se están registrando alarmantes cifras de intoxicaciones por ingesta de gomitas, caramelos y golosinas con altas concentraciones de THC que quedan al alcance de los menores. En Argentina ya empezaron a darse este tipo de situaciones, con growshops habilitados al amparo de un gris normativo, comercializando comestibles a menores de edad, e incluso adulterando estos productos con éxtasis.

Asimismo, la burbuja de la marihuana "medicinal" empieza a desinflarse.  El mundo vuelve, pero nosotros insistimos en ir (o como el tero, capaz que la obstinación es una excusa para validar el autocultivo). Existe un caso en Uruguay más que paradigmático: cerró la planta de cannabis medicinal más grande de América Latina y despidió a los trabajadores por WhatsApp. En Colombia, una de cada tres de las 1.300 empresas con licencia oficial para cultivar se retiraron efectivamente del negocio.

El mercado recreativo es la gran esperanza de todos los apostadores en esta gran ruleta rusa.

El científico

Es vasta la evidencia de que, valga la redundancia, aún falta mucha evidencia sobre las potencialidades terapéuticas de los cannabinoides presentes en la planta. Aún no existe comprobación suficiente para demostrar que los beneficios son mayores que los perjuicios. La ciencia y la medicina operan de formas diferentes a los parámetros ideológicos de la política. 

Para garantizar la efectividad de un fármaco elaborado a base de cannabinoides, se necesita avanzar desde la base de la pirámide de la evidencia (la experiencia personal de los usuarios) a la cúspide (validación científica tras diferentes etapas de prueba y experimentación). Al habilitar el autocultivo de marihuana para que las personas elaboren preparados sin ningún tipo de protocolo de control sanitario, sin definir para qué usos, sin definir dosis, sin establecer qué cannabinoides son efectivos para qué dolencias, sin establecer contraindicaciones o riesgos, sin determinar edades, en Argentina nos quedamos en la base de esta pirámide.

Por ejemplo, los famosos aceites de CBD (cannabidiol) que circulan libremente entre nosotros, tienen una altísima toxicidad hepática. Está documentado y comprobado el daño al hígado, en especial en niños que están en plena etapa madurativa de este órgano. Y existen informes que demuestran que la marihuana no es mucho más efectiva que un placebo en paliar el dolor, y que lo que existe es un condicionamiento social que predispone a la gente a confiar ciegamente en los beneficios.

Hoy tomó estado público que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó la distribución y comercialización del primer aceite de cannabis medicinal de producción estatal, a cargo de la empresa pública Cannava (presidida por el hijo del gobernador de la provincia de Jujuy). Si bien el aceite se podría consumir para cualquier patología, la empresa, a través de un programa sanitario provincial, viene haciendo un seguimiento de sesenta pacientes con epilepsia refractaria que acceden al aceite a través del hospital público de Perico (Jujuy), que le permite tener unas primeras estadísticas sobre los resultados. Un informe que incluye datos de entre octubre de 2021 y el mismo mes de este año, se refleja que 1 de cada 4 pacientes dejaron de sufrir nuevas crisis de epilepsia, con una evolución en el tratamiento; la mitad redujo sus crisis en más de un 50 por ciento; y todos los pacientes reportaron mejoras de su calidad de vida. No parece una estadística tan extensa ni tan irrefutable como para pegar semejante salto al vacío.

Ojalá la marihuana sea la cura para el cáncer y otros males de la humanidad. Pero promoverlo como la panacea, saltando instancias científicas de validación, es de un enorme riesgo. 

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31 oct 2023

Correlación entre el consumo de cannabis y la ansiedad


A la luz de la evolución del marco normativo que rodea a la tenencia y al consumo de marihuana, en especial al amparo del uso "medicinal", la sociedad debería prestar especial atención a los últimos hallazgos científicos sobre esta sustancia.
Si bien existe una percepción común de que esta droga puede aliviar los síntomas de ansiedad, es necesario destacar que la asociación entre marihuana y ansiedad es un tema que se encuentra en etapa de investigación. Los datos actuales sugieren que esta sustancia podría no ofrecer los supuestos beneficios para aliviar la ansiedad que, a menudo, se describen en el marketing promocional y en el imaginario social.

La ansiedad es un trastorno de salud mental frecuente. En Estados Unidos, varios de los gobierno estatales la han reconocido como una condición que califica para las denominadas tarjetas de cannabis medicinal. Sin embargo, una investigación reciente, incluyendo un estudio del año 2020 publicado en el Canadian Journal of Psychiatry, ha demostrado que el consumo de cannabis se asocia significativamente con una mayor probabilidad de desarrollar condiciones de ansiedad. 

Del mismo modo, una revisión del 2018, publicada en el Journal of Clinical Psychiatry, reveló que el consumo reciente de cannabis estaba relacionado con síntomas más graves en personas con ansiedad y trastornos del estado de ánimo.

En 2021, una revisión exhaustiva de veinticuatro estudios examinaó la correlación entre el consumo de cannabis y la ansiedad, y subrayó la complejidad de esta relación. El análisis cuantitativo de diez de estos estudios demostró un riesgo elevado de desarrollar cualquier condición de ansiedad debido al consumo de cannabis.

Si bien la evidencia sugiere un riesgo a largo plazo de ansiedad asociada con el consumo de cannabis, los diversos diseños y resultados de los estudios hacen que sea difícil declarar definitivamente una relación causal. 

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26 oct 2023

Los costos socio-sanitarios de legalizar la marihuana superarían cualquier beneficio económico


Un tema siempre recurrente en cualquier análisis sobre las ventajas de legalizar la marihuana tiene que ver con los impuestos y la posible recaudación que traería aparejada esta medida. Por un lado, los promotores de este tipo de iniciativas resaltan los beneficios económicos de una nueva industria que surgiría tras la legalización, aparejado a los ingresos fiscales adicionales recaudados por los estados por el shock de demanda de esta commodity. 

Por el otro, hay alarma entre quienes trabajan desde un enfoque preventivo en función de que existen costos sociales potenciales no contabilizados debido al uso generalizado de esta droga, el impacto en materia laboral, los accidentes de tránsito y el aumento de los delitos. 

Según la investigación "Economic Benefits and Social Costs of Legalizing Recreational Marijuana", la legalización con fines recreativos no pareciera generar importantes ingresos fiscales aún. Por el contrario, la torta de ingresos tributarios, en lugar de aumentar, tiende a repartirse con otras drogas legales como el alcohol o el tabaco (producto sustituto en el corto plazo). Y en materia de ingresos fiscales totales, la recaudación por ventas tiene un impacto pequeño e insignificante en los ingresos totales por impuestos y por impuestos sobre las ventas.

Por el lado de los costos potenciales, se analizaron cambios en la frecuencia y prevalencia de uso de marihuana, el trastorno por abuso de sustancias, la participación en la fuerza laboral, la delincuencia, la falta de vivienda, las muertes por accidentes de tráfico, las muertes por sobredosis de drogas y otras hospitalizaciones. En cuanto a los posibles beneficios, se considerano cambios en el PBI y el ingreso per cápita, los ingresos fiscales, el ingreso de establecimientos, las tasas de creación de empleo los precios de la vivienda y la población. 

El principal hallazgo es que existen ganancias económicas moderadas, pero acompañadas de algunos costos sociales. Después de la legalización, el ingreso estatal promedio creció un 3 por ciento, los precios de la vivienda un 6 por ciento y la población un 2 por ciento. Sin embargo, los trastornos por uso de sustancias y la situación de calle (falta de vivienda crónica) aumentaron en un 17 y 35 y por ciento, respectivamente.  Asimismo, la estimación del total de arrestos muestra que la legalización aumenta significativamente el total de detenciones, un aumento del 12,8 por ciento en relación con la tasa media de arrestos sin legalización. Otro dato: el consumo de marihuana aumentó en un 28 por ciento en aquellos Estados que legalizaron esta sustancia.

Un tema central del informe es la necesidad de dimensionar la magnitud de los beneficios económicos para estimar la cantidad de fondos necesarios para cubrir programas socio-sanitarios. También se advierte sobre la distribución amplia de los réditos pero la concentración de los costos en personas vulnerables o usuarios problemáticos de drogas, lo que nos hace pensar que no existe progresismo alguno en volver más accesible una sustancia.

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20 sept 2023

Establecen una relación causal entre el uso de marihuana y el trastorno depresivo


A partir de las tendencias mundiales relacionadas con la legalización de la marihuana, y en especial en lo que respecta a sus potencialidades terapéuticas, esta sustancia ha venido a convertirse en una suerte de panace que todos los males cura. El tratamiento de los síntomas asociados con la depresión es uno de los beneficios para la salud más frecuentemente mencionados, pero sin advertir los riesgos y contraindicaciones. Sin embargo, aún está por determinarse el papel de la cannabis sativa en el desarrollo de la depresión, y en el empeoramiento de los síntomas con su uso crónico posterior.

¿Qué entendemos por depresión? Las manifestaciones incluyen emociones de melancolía, abatimiento y pérdida de disfrute en las tareas rutinarias. La falta de razonamiento, la disminución de la voluntad, la disfunción cognitiva y otros síntomas corporales como el insomnio o la somnolencia, la disminución o el aumento de peso, el cansancio y las autolesiones, son frecuentemente observados al diagnosticas estos cuadros. Según estadísticas internacionales que evalúan la gama de discapacidades resultantes de todas y cada una de las enfermedades preeminentes, incluidos los accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, el Trastorno de Depresión Mayor (TDM) ocupa el cuarto lugar en términos de discapacidad global. 

La presente investigación que aquí les comparto analizó un total de 3663 artículos científicos, de los que se seleccionaron colectivamente 26 para este estudio. La conclusón más clara es que el consumo de marihuana se ha relacionado con efectos negativos en el organismo, como trastornos respiratorios e incluso trastornos psicológicos, incluidos el estrés y los trastornos depresivos. En este sentido, los estudios apuntan potencialmente a una relación causal entre el consumo de marihuana y el trastorno depresivo. Si bien algunas investigaciones sostienen que el consumo de marihuana puede ser útil para mejorar el estado de ánimo y ser ansiolítico inicialmente, posteriormente se producirían un aumento de los síntomas depresivos de base, manifiestados en angustia mental y frustración. 

En resumen, el estudio "Should Marijuana Be Legalized: A Scoping Review of Associations of Marijuana and Depression" sugiere que alguno de los componentes psicoactivos de la planta (especialmente el cannabidiol), tiene propiedades ansiolíticas y eufóricos, pueden influir en los niveles de serotonina y levantar temporalmente el estado de ánimo. Pero del mismo modo, los consumidores crónicos de marihuana han demostrado un mayor riesgo de desarrollar o empeorar síntomas depresivos, al provocar alteraciones en la estructura cerebral, en el sistema endocannabinoide, y alterar el equilibrio de los neurotransmisores.

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1 sept 2023

Detectan niveles elevados de metales en sangre y orina en usuarios de marihuana

La investigación "Niveles de metales en sangre y orina entre consumidores exclusivos de marihuana en NHANES (2005-2018)", publicada en la revista Environmental Health Perspectives, concluyó que la marihuana puede ser una fuente importante y poco reconocida de exposición al plomo y al cadmio. 

A pesar de la sólida literatura sobre los niveles de biomarcadores metálicos entre los fumadores de cigarrillos y la creciente evidencia de contenidos metálicos en los productos de marihuana, pocos estudios han informado niveles de biomarcadores metálicos entre los consumidores de marihuana. 

La contaminación por metales y metaloides de los productos de marihuana se produce durante el crecimiento, la producción y el consumo, lo que plantea posibles efectos nocivos para los usuarios finales. La planta de cannabis, de la que se deriva la marihuana, es una conocida hiperacumuladora de metales presentes en el agua, el suelo, los fertilizantes y los pesticidas. El humo de marihuana sin filtrar también contiene altas concentraciones de metales, y los dispositivos de vaporización han mostrado lixiviación de metales en los aerosoles de cannabis.

Debido a que la planta de cannabis es un conocido carroñero de metales, la hipótesis de la quepartierton los investigadores dela Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) es que las personas que informan un consumo actual de marihuana (ya sea exclusivamente de marihuana o combinado con tabaco) tendrían niveles más altos de biomarcadores metálicos que los que no consumen marihuana ni tabaco. 

Los resultados obtenidos indicaron que los participantes que informaron un uso exclusivo de marihuana en comparación con el uso de otros productos sin marihuana ni tabaco tuvieron niveles medios de cadmio en sangre estadísticamente significativamente más altos y niveles medios de plomo en sangre estadísticamente significativamente más altos.

Las intoxicaciones por metales pesados u otras sustancias químicas pueden provocar graves problemas de salud en los seres humanos que incluyen "daño a los órganos, cambios de comportamiento y dificultades con el pensamiento y la memoria", de acuerdo c on datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

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