Un tema siempre recurrente en cualquier análisis sobre las ventajas de legalizar la marihuana tiene que ver con los impuestos y la posible recaudación que traería aparejada esta medida. Por un lado, los promotores de este tipo de iniciativas resaltan los beneficios económicos de una nueva industria que surgiría tras la legalización, aparejado a los ingresos fiscales adicionales recaudados por los estados por el shock de demanda de esta commodity.
Por el otro, hay alarma entre quienes trabajan desde un enfoque preventivo en función de que existen costos sociales potenciales no contabilizados debido al uso generalizado de esta droga, el impacto en materia laboral, los accidentes de tránsito y el aumento de los delitos.
Según la investigación "Economic Benefits and Social Costs of Legalizing Recreational Marijuana", la legalización con fines recreativos no pareciera generar importantes ingresos fiscales aún. Por el contrario, la torta de ingresos tributarios, en lugar de aumentar, tiende a repartirse con otras drogas legales como el alcohol o el tabaco (producto sustituto en el corto plazo). Y en materia de ingresos fiscales totales, la recaudación por ventas tiene un impacto pequeño e insignificante en los ingresos totales por impuestos y por impuestos sobre las ventas.
Por el lado de los costos potenciales, se analizaron cambios en la frecuencia y prevalencia de uso de marihuana, el trastorno por abuso de sustancias, la participación en la fuerza laboral, la delincuencia, la falta de vivienda, las muertes por accidentes de tráfico, las muertes por sobredosis de drogas y otras hospitalizaciones. En cuanto a los posibles beneficios, se considerano cambios en el PBI y el ingreso per cápita, los ingresos fiscales, el ingreso de establecimientos, las tasas de creación de empleo los precios de la vivienda y la población.
El principal hallazgo es que existen ganancias económicas moderadas, pero acompañadas de algunos costos sociales. Después de la legalización, el ingreso estatal promedio creció un 3 por ciento, los precios de la vivienda un 6 por ciento y la población un 2 por ciento. Sin embargo, los trastornos por uso de sustancias y la situación de calle (falta de vivienda crónica) aumentaron en un 17 y 35 y por ciento, respectivamente. Asimismo, la estimación del total de arrestos muestra que la legalización aumenta significativamente el total de detenciones, un aumento del 12,8 por ciento en relación con la tasa media de arrestos sin legalización. Otro dato: el consumo de marihuana aumentó en un 28 por ciento en aquellos Estados que legalizaron esta sustancia.
Un tema central del informe es la necesidad de dimensionar la magnitud de los beneficios económicos para estimar la cantidad de fondos necesarios para cubrir programas socio-sanitarios. También se advierte sobre la distribución amplia de los réditos pero la concentración de los costos en personas vulnerables o usuarios problemáticos de drogas, lo que nos hace pensar que no existe progresismo alguno en volver más accesible una sustancia.