Principalmente debido a la epidemia de opioides, la tasa de mortalidad por sobredosis de drogas en los Estados Unidos se multiplicó por ocho entre 1983 y 2017. Entre 1999 y 2020, más de 500 mil estadounidenses murieron por el consumo de opioides. Una solución muy escuchada a esta crisis de salud pública es la despenalización de las drogas, con el argumento de que este tipo de medidas reduce el estigma asociado, reduce el gasto gubernamental en el sistema de justicia, fomenta prácticas de reducción de daños y se alienta a las personas que consumen drogas a buscar tratamiento.
En el otro extremo, existe un fuerte escepticisimo acerca de si al eliminar las penalidades, la flexibilización no producirá un aumento del número de personas que consumen drogas. Un enfoque intermedio sugiere que la descriminalización es un paso necesario, pero no suficiente, y que debe ir acompañada de inversiones en salud pública.
Un estudio publicado recientemente en el Journal of Health Economics contribuye a la literatura existente al proporcionar evidencia de un "experimento natural" sobre el efecto de la despenalización de las drogas en las muertes por sobredosis no intencionales, tomando como caso de investigación al estado de Oregón (EE.UU.).
La Medida 110, que se aprobó el 3 de noviembre de 2020 y entró en vigencia el 1° de febrero del 2021, estableció cantidades mínimas de posesión de drogas "duras" para consumo, modificó las penalidades y las transformó en pecuniarias, y convirtió a Oregón en el primer estado del país en despenalizar la posesión personal de drogas. La medida reclasificó la tenencia de hasta 40 unidades de LSD, hasta 12 gramos de psilocibina y psilocina, hasta 40 unidades de metadona y hasta 40 cápsulas de oxicodona como una infracción civil de Clase E. Una persona acusada de esta falta puede abonar una multa de 100 dólares o bien completar una evaluación de salud en un centro de recuperación de adicciones, o a través de una línea directa de orientación.
Los arrestos por posesión de drogas disminuyeron en un 67% con respecto a sus niveles anteriores a la Medida 110. Pero a la par, según el estudio, la despenalización provocó un aumento del 23% en las muertes por sobredosis no intencionales. En junio del 2022, el Secretario de Estado de Oregón declaró: “Cuando los votantes aprobaron la Medida 110, lo hicimos porque queríamos cambiar una política en Oregón para mejorar las vidas de las personas, mejorar nuestras comunidades... y en los años posteriores, no hemos visto que eso suceda”.
La explicación posible a este fenómeno es que la eliminacion de la sanción puede haber reducido la utilización del tratamiento entre las personas que lo necesitan: "Al menos a través del sistema de justicia penal, alguien tenía un camino hacia la recuperación, por muy defectuoso que fuera y por muy estigmatizante que fuera. Hay un montón de personas a las que ya no se les ofrece un camino hacia la recuperación si así lo eligen”, expresaba en 2022 el director ejecutivo de una organización sin fines de lucro para la recuperación de adicciones en Oregon.
Existen otros mecanismos posibles a través de los cuales la despenalización podría haber aumentado las muertes por sobredosis. Por el lado de la oferta, la despenalización puede haber facilitado que las personas vendan pequeñas cantidades de drogas. La oferta también puede aumentar si más proveedores ingresan a los mercados y/o compiten para ganar una nueva base de clientes. Y del lado de la demanda, la despenalización puede haber aumentado el consumo de drogas a nivel extensivo.
Desde una perspectiva jurídica-económica, el estudio también contribuye a la literatura que estudia cómo la legalidad de un producto influye en su demanda, y como la penalización actúa como un elemento disuasivo y como sustituto de su consumo. Si bien mayoritariamente se critica la "ley seca" impuesta en Estados Unidos, hay autores que encuentran que la prohibición constitucional del expendio de alcohol redujo los casos de cirrosis alcohólica entre un 10% y un 20%.
Otro condicionante comparativo para evaluar la efectividad o no de este tipo de políticas son los contextos. Por ejemplo, la descriminalización en Portugal disminuyó las muertes relacionadas con el uso de sustancias. Pero la crisis de sobredosis de opioides fue mucho más grave en Oregón que en Portugal. Dicho en datos, en el 2000 Portugal tenía alrededor de 10 muertes por sobredosis de drogas por millón de habitantes, mientras que en el 2020 Oregón tenía 188 por millón de habitantes.
Los detalles de ajuste fino de las políticas de despenalización de las dos jurisdicciones también tendrían incidencia. Por ejemplo, en Portugal la policía puede ordenar que alguien sorprendido consumiendo drogas en la vía pública asista a un tribunal especial. Y los casos de incomparecencia sí pueden dar lugar a sanciones penales, incluso con penas de reclusión. Oregón no dispuso de tal mecanismo en su normativa (algo que en Argentina si está previsto en las medidas socio-educativas de la ley 23.737).