11 dic 2025

¿El cannabis es medicina?


Muchas personas recurren al cannabis o al cannabidiol (CBD) para el dolor crónico, la pérdida de apetito, los trastornos del sueño y otras afecciones, creyendo que "natural" es sinónimo de "seguro y eficaz". Sin embargo, una reciente revisión exhaustiva publicada en el Journal of the American Medical Association (JAMA) sostiene que la evidencia del cannabis y los cannabinoides como tratamiento médico es limitada. Tras evaluar más de mil estudios, el cannabis y los cannabinoides siguen sin estar probados para la mayoría de los usos médicos.

El cannabis es una planta que contiene cientos de compuestos biológicamente activos (THC, CBD, cannabinoides menores, flavonoides, etc.), como el compuesto psicoactivo THC (delta-9-tetrahidrocannabinol), además de ingredientes no intoxicantes. El THC es responsable del efecto psicoactivo asociado al consumo de marihuana.

Dado que muchos consumidores de cannabis consumen la droga de forma crónica y algunos efectos (cardiovasculares, psiquiátricos y de dependencia) tardan años en manifestarse, se necesitaban datos a largo plazo, pero hasta hace poco no se contaban. Por ejemplo, la revisión de JAMA destacó el aumento de los riesgos cardiovasculares con el consumo diario de cannabis inhalado, y también que casi un tercio de los consumidores desarrollan adicción al cannabis.

Otros medicamentos controvertidos (como la ketamina y la psilocibina) se estudian rigurosamente bajo marcos regulatorios más convencionales, lo que permite demostrar su seguridad y eficacia con ensayos de la FDA bien diseñados y controlados con placebo , que incluyen dosis estandarizadas.

Los investigadores de JAMA realizaron una revisión exhaustiva de más de 1000 estudios. ¿En resumen? Los investigadores concluyeron que no había suficiente evidencia para la mayoría de los fines médicos. La conclusión principal es contundente: para la mayoría de las afecciones médicas para las que se usa cannabis o cannabinoides, incluidas algunas de las más comunes (dolor, ansiedad , insomnio ), la evidencia actual es insuficiente para respaldar su uso.

La falta de datos sólidos que favorezcan el cannabis como tratamiento para la ansiedad, el insomnio, la depresión , los trastornos alimentarios, el dolor crónico y otras afecciones es preocupante, ya que quienes padecen estos problemas suelen consumir cannabis con la esperanza de obtener alivio. Sin embargo, a pesar del uso frecuente fuera de indicación, la revisión no encontró ninguna opinión positiva, ni siquiera leve, que demuestre beneficios.

La falta de control de calidad del cannabis y los problemas de dosificación también son esenciales. A diferencia de los productos farmacéuticos convencionales, la mayoría de los productos de cannabis en el mercado no están estandarizados: la potencia, la formulación y la dosificación varían considerablemente.

El cannabis carece de evidencia como un medicamento verdaderamente aprobado por la FDA, y ambos tienen potencial de causar daños. En la mayoría de los casos, los riesgos del cannabis superan los beneficios aún por demostrar. Los expertos sostienen que el cannabis no es una terapia de primera línea, y consideran a los cannabinoides (donde es legal) solo después de que los tratamientos de primera línea basados ​​en la evidencia hayan fracasado.

El cannabis también tiene efectos adversos. La revisión de JAMA destacó que el consumo diario por inhalación se asocia con un mayor riesgo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Además, casi un tercio de los consumidores adultos de cannabis medicinal desarrollan un trastorno por consumo de cannabis.

El cannabis no es un milagro médico. Dado que han transcurrido décadas para demostrar su seguridad y eficacia, y que no se han presentado datos convincentes ni suficientes, no debemos exagerar sus beneficios. Por ejemplo, no existen indicaciones psiquiátricas aprobadas por la FDA para los cannabinoides, y la evidencia que respalda su uso terapéutico para trastornos psiquiátricos es limitada. La evidencia actual es insuficiente para respaldar la prescripción de cannabinoides para el tratamiento de trastornos psiquiátricos. Hasta la fecha, la evidencia que respalda la prescripción de cannabinoides más allá de las indicaciones de la FDA es más sólida para el manejo del dolor crónico y la espasticidad.

Existe evidencia clara de que los cannabinoides tienen potencial para causar daños, especialmente en poblaciones vulnerables como los adolescentes y aquellos en riesgo de sufrir trastornos psicóticos.

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