16 abr 2024

Avanzan las iniciativas para incluir advertencias sobre los riesgos del consumo de alcohol

A partir de 2026, una ley exigirá que los envases de cerveza, vino y licor que se vendan en Irlanda tengan una etiqueta con dos advertencias en letras mayúsculas rojas: “HAY UN VÍNCULO DIRECTO ENTRE EL ALCOHOL Y LOS TIPOS MORTALES DE CÁNCER” y “EL CONSUMO DE ALCOHOL PROVOCA ENFERMEDADES HEPÁTICAS”. Este requerimiento, que se convirtió en ley el año pasado, está respaldado por investigaciones científicas de varias décadas y va mucho más allá de lo que cualquier otro país haya emitido hasta ahora sobre los riesgos para la salud derivados del consumo de alcohol. 

Las pruebas que vinculan el consumo de alcohol con el cáncer están bien fundadas. En 1988, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por su sigla en inglés), de la Organización Mundial de la Salud, concluyó que el alcohol es un cancerígeno para los seres humanos. Las investigaciones en las décadas que siguieron no han hecho más que apuntalar esa conclusión, por ejemplo, en relación con el cáncer hepático, de mama, colorrectal y de esófago. En el mes de noviembre, la OMS y el IARC declararon en un comunicado conjunto: “No se puede determinar ninguna cantidad segura de alcohol para no desarrollar cáncer”.

El requisito ha desatado una fuerte oposición por parte de todas las empresas de bebidas alcohólicas en el mundo. A fines de 2022, un grupo de destacados países europeos exportadores de bebidas alcohólicas presentaron objeciones formales a la Comisión Europea, la rama ejecutiva de la Unión Europea, en las que alegaban que las etiquetas de Irlanda entorpecían el libre comercio y no eran ni adecuadas ni proporcionadas para disminuir el daño provocado por el alcohol.

En las reuniones de comités de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en los meses de junio y noviembre, las agrupaciones comerciales y once países exportadores de bebidas alcohólicas, entre ellos Estados Unidos, manifestaron sus inquietudes, cuestionaron la validez científica de la advertencia de desarrollo de cáncer y alegaron que las etiquetas de Irlanda atentarían contra el libre comercio.

En comentarios presentados a la OMC, el Consejo de Licores Destilados de Estados Unidos tildó las etiquetas de “imprecisas” y “engañosas”. Este grupo también insinuó que “este importante objetivo de salud pública se gestionaría mejor” si fuera parte de una labor paralela para atender el cáncer en la Unión Europea, una zona donde se ha demostrado que la industria de las bebidas alcohólicas tiene una mayor influencia.

Pero al margen, la iniciativa de Irlanda está haciendo que algunos otros países presionen para tomar medidas parecidas. Por ejemplo en Tailandia el gobierno está en las etapas finales de redactar una normativa que requiere que los productos que contienen alcohol lleven imágenes gráficas acompañadas de advertencias con textos como “las bebidas alcohólicas pueden ser causa de cáncer”. En Canadá, el Parlamento presentó un proyecto de ley que exigiría que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas hablen de un “vínculo causal directo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de tipos de cáncer mortales”. En Alaska también se avanza en un proyecto similar.

Resta mucho por hacer. Sólo una cuarta parte de los países exige algún tipo de advertencia sanitaria relacionada con el alcohol, y el lenguaje que debe usarse es impreciso. 

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