En lo que fue una decisión entre gallos y medianoches en vísperas de año nuevo, la administración Trump capituló ante el avance del nuevo “Gran Tabaco”: los cigarrillos electrónicos. La FDA (Food and Drug Administration) sólo prohibirá la comercialización de esencias saborizadas (excepto mentolados) para los cartuchos de dispositivos cerrados de vapeo (como el de Juul), pero permitirá la venta sin restricciones en los sistemas con recarga abierta. Así lo informó el Center for Tobaco Control Research and Education de la Universidad de California.
Para empezar, el lobby de las tabacaleras logró mantener la autorización para seguir vendiendo productos mentolados. Es de esperar una fuerte migración del público adolescente a este sabor, y también posiblemente hacia el uso de dispositivos de recarga abierta que se comercializan principalmente en tiendas de vapeo. Esto genera un segundo gran problema, que tiene que ver con el contenido del líquido de recarga en terminos de toxicidad. Es el usuario quien decide qué poner adentro y cómo mezclar sustancias.
Recordemos que el uso de cigarrillos electrónicos entre estudiantes secundarios y pre-universitarios en Estados Unidos se ha disparado en los últimos años. Menor percepción de riesgo, uso de redes sociales para publicitar estos productos y atractivos sabores frutados, mentolados y
avainillados explican la nueva epidemia.El argumento usado por el lobby de las tabacaleras y empresas de cigarrillos electrónicos para frenar la prohibición fue que la veda impactaría sobre aquellos adultos fumadores que deseaban abandonar el cigarrillo tradicional, al mismo tiempo que obligaría a las pequeñas tiendas de vapeo a cerrar y generaría perdida en las fuentes de trabajo.
